Un día de esos

Difícil de explicar los pensamientos que hoy se me cruzan por la mente. Esa cosa extraña que Dios creo y no nos dio ningún manual de uso.

Me siento extraña en este mundo hipócrita, ficticio y a la vez tan real. No se si vine a formar parte del mismo o descubrir que no todo es como lo pintan. Estoy asustada y a la vez impresionada de saber que todo esto existe y es tan real.

Me siento oculta, al saber que no todos viven ni pasan por lo mismo. Siento que esta vida es única y solo para mí. Solo yo se cómo debo vivirla, y solo yo voy a descubrir cada luz de los caminos oscuros que existen.

Muchas veces veo y comparo… ¿por qué me tocó esta vida y a la otra una completamente diferente? ¿Soy afortunada o el otro lo es? ¿Cómo lo ve él? ¿Cómo lo veo yo? ¿Cuál es la manera correcta de verlo? ¿Por qué no hay respuestas a esas preguntas? Será que por eso somos únicos, y diferentes a la vez… ¿O esa será la magia de vivir la vida? Interrogarnos constantemente sin hallar respuestas correctas…

El viento sopla, la tierra vuela, las hojas suenan, el frío aparece, el sol ilumina. Qué grande es la magia de la vida. Un mundo hipócrita, un mundo ficticio, pero qué mundo tan sorprendente.

Tantas cosas para escribir existen, tantas conclusiones e ideas sacadas que cada día me hacen descubrir la maravilla de esta creación.

La vida es una caja de sorpresas, donde el día a día nos sorprende con algo nuevo, a lo mejor, una simple ilusión, o tal vez una falsa utopía, que nunca será real… Pero es tan real el vivirlo, sentirlo y pensarlo. Yo creo que eso es lo que lo hace real, y nos llena de alegría y felicidad. Nos da ganas, y nos incentiva a seguir imaginando de esa forma con la simple visión de pensar que algún día se hará realidad. Y que no importa el resultado, pero si el camino, o mejor dicho, toda esa clase de sentimientos que uno va descubriendo al vivirlo, al recorriendo dicha ilusión, que quizás nunca llegue al destino que nos imaginamos.

¿Será que eso es la vida? Por eso la vida no hay que planificarla, solo seguir nuestros sentimientos diarios, nuestros pensamientos temporales, que valen mucho mas que una teoría científica.

La vida nos enseña, nos hace ver. Que nosotros la veamos es otra cosa. Pero nos da las oportunidades para ser felices, que no las queramos tomar, ya es otro capítulo.